Yearbook 2014 (Pages 123-127)

Yearbook 2014 (Pages 123-127)

 

El celo de los misioneros estimula el crecimiento
Desde mediados de la década de 1970, la llegada continua
de misioneros formados en Galaad le dio un fuerte
empuje a la obra en Sierra Leona y Guinea.

Unos ya habían
servido en países africanos y se adaptaron rápidamente
a las condiciones locales. Para otros era la primera
vez. ¿Cómo les iría en la “tumba del hombre blanco”?
Aquí van algunos de sus comentarios.
“La gente era humilde y tenía hambre espiritual. Ver
cómo la verdad mejoraba sus vidas me producía una
inmensa satisfacción.” (Hannelore Altmeyer.)
“Luchar con el clima tropical y con las enfermedades
fue duro; pero la alegría de ver a personas sinceras servir
a Jehová hizo que valiera la pena el sacrificio.” (Cheryl
Ferguson.)

“Aprendí a ser paciente. En cierta ocasión le pregunté a
una hermana cuándo llegarían sus visitantes. ‘Puede que
hoy. Puede que mañana. O puede que pasado mañana’,
respondió. Debió haber visto mi cara de asombro,
porque enseguida añadió: ‘¡Pero seguro que vienen!’.”
(Christine Jones.)

“En el hogar misional de Freetown vivíamos 14 misioneros
de diferentes culturas y orígenes. Compartíamos
dos baños, una ducha, una lavadora y una cocina. Los víveres
eran escasos y de mala calidad. La luz se iba a cualquier
hora, y a veces tardaba días en volver. Casi todos
nos enfermamos de paludismo y de otras enfermedades
tropicales. Aunque parecía ser la receta perfecta para el
fracaso, aprendimos a llevarnos bien, a perdonar y a ver
el lado cómico de los problemas. Predicar era una delicia,
y entre nosotros se crearon lazos profundos de amistad.”
(Robert y Pauline Landis.)

Un grupo de publicadores cruzando un campo de arroz anegado

“El tiempo que vivimos
en Sierra Leona fue uno
de los mejores de nuestra
vida. No tenemos nada de
qué arrepentimos o quejarnos;
al contrario, lo echamos
muchísimo de menos.” (Benjamin y Monica Martin.)

“Una vez nos alojamos en casa de una mujer interesada
en la verdad. Nos ofreció un plato de comida
de aspecto algo raro. ‘Es víbora —dijo—. Ya le quité los
colmillos. ¿Quieren?’ Rechazamos amablemente su invitación,
pero ella insistió. Aunque experiencias como esta
nos intimidaban, agradecíamos la cálida hospitalidad de
la gente, a quien llegamos a tenerle gran cariño.” (Frederick
y Barbara Morrisey.)

“En mis cuarenta y tres años de servicio misional
he vivido con más de cien misioneros. Para mí ha
sido un privilegio conocer a tantos hermanos, todos con
personalidades distintas pero con un mismo objetivo.
¡Qué gozo da poder colaborar con Dios y ver a la gente
abrazar la verdad de la Biblia!” (Lynette Peters.)
Desde 1947 hasta el presente han servido en Sierra Leona
154 misioneros y en Guinea, 88.Una infinidad de
otros Testigos han venido a ayudar en la predicación.
Ahora mismo hay 44 misioneros en Sierra Leona y 31 en
Guinea. Su espíritu infatigable y su devoción abnegada
han dejado huella en las vidas de innumerables personas.
Las siguientes palabras de Alfred Gunn, miembro veterano
del Comité de Sucursal, resumen el parecer